Hay ventajas del cristal templado que debería conocer antes de realizar cualquier instalación en cristal. El cristal templado se consigue tratando el vidrio por dos vías diferenciadas: la térmica y la química. Es más atractivo que el cristal al uso y, además es mucho más resistente, por lo que se emplea en gran medida en la construcción y en la industria del automóvil, para fabricar las lunas de los vehículos.

También puede utilizarse para fabricar mobiliario y tanto para el exterior como para el interior de los edificios, en separaciones, puertas, superficies, etc, ya que, además, es un material muy estético. Los cristales templados también son muy eficaces para aislar un espacio de las inclemencias del tiempo, ya que es capaz de no dejar pasar ni las altas ni las bajas temperaturas. Una vez fabricado el cristal, su forma o tamaño no puede modificarse, por lo tiene que ser cortado antes de ser procesado, tal es su dureza.

Un Poco de Historia

El cristal templado empezó a fabricarse de manera masiva a partir de principios del siglo XX, cuando el químico Rodolph A. Seiden registró la primera patente de este objeto en su Austria natal, aunque, en realidad, la técnica del templado del cristal se conocía desde muchos siglos antes, pero no se empezaron a vislumbrar sus ventajas hasta hace relativamente poco.
Gracias a esta innovación, se comenzó a utilizar en mayor medida el cristal en la construcción, llegando a utilizarse como pieza estructural y cambiando la manera en la que se concibe la arquitectura. El cristal templado es perfectamente capaz de soportar todo el peso de una estructura con unos pocos herrajes, por lo que nuestras ciudades se han llenado de edificios mucho más ligeros y luminosos.

Su Mayor Punto a Favor

Además, este tipo de cristal tiene una ventaja añadida, y es que, al romperse, no lo hace en fragmentos filosos que pueden ser peligrosos, sino que lo hace en trozos de aristas redondeadas, que no pueden hacer daño.